Iniesta de mi vida

Absténgase de leer este post adictos al autobronceador y residentes en Miami; para todos los demás, pringados como nosotros que volvemos a nuestra rutina invernal con el consiguiente grado de palidez, es un auténtico suicidio usar el blanco nuclear en nuestro vestuario. Porque a la Florence le encanta parecer un gas noble, y a nosotros nos encanta ella, pero para de contar. A nadie le sienta bien ésta apología a la “mala cara”, como consejo sí puede quedar bien en faldas o pantalones y siempre aprovechando el contaste sobre medias tupidas. Over

Chanel, Gucci & Valentino

Nuestro veredicto