Premios Goya 2013: El repaso

Sí. Vimos los Goya. Y como decía la cuidadora de Damien en La Profecía, lo hacemos por vosotros. El caso es que gracias a dios esta vez la alfombra sí era roja y no tuvimos que aguantar los horribles logos de Loterías del Estado por todos lados como el año pasado. Algo bueno tenía que haber entre tanto mamarracheo. ¿La pega? Que tenemos unos actores muy flojitos que no soportan una alfombra roja al aire libre, y se metieron en un horrible hall que daba más la impresión de ser una horrible Fashion Night Out de un centro comercial de extrarradio de esas que tan de moda se han puesto, que una entrega de premios. 

Pero bueno, pasemos a lo importante. No estuvo tan mal la cosa como otros años, aunque no esperéis glamour ni alta costura porque bueno, son los Goya, no sé en qué estabais pensando.

En lo más alto de la tabla nos encontramos, por supuesto a nuestra Maribel Verdú. ¿Por qué a todos nos cae tan bien? Pues no lo sabemos, pero es que ella siempre es muy correcta. Si tu hijo llega a casa con Maribel del brazo a ti te hacen la persona más feliz del mundo y te da igual haberle visto los pechos a tu nuera más que a tu esposa o los tuyos propios. Es mona y es elegante. Y ha elegido para su gran noche (se lo llevó) un Dior de la era Simons que, si bien no es espectacular, es, como ella, elegante y sobrio. La única pega, ESOS BAJOS. ¿Estuvo Maribel en una gimkana antes de los Goya? Si no, no nos lo explicamos.

También de nuestras favoritas fue Manuela Velasco, con un diseño mostaza de Gucci que, si bien es un color atrevido, a ella le sentaba genial y le daba ese punto rebelde y de juventud que nos encantaba de ella cuando se sacaba mocos en Los40.

¿Quién nos iba a decir a nosotros que Andrea Duro (de pelar), la choni de Física o Química, iba a ser una de nuestras favoritas? Pues con este vestido de Amaya Arzuaga, esa cara de muñeca -que bien podría ser la cara que Elsa Pataki siempre quiso y en la que se ha gastado un dineral- y un prometido tan guapo como Joel Bosqued, lo ha conseguido. Enhorabuena, guapa.

Por último ¿qué hace aquí Mar Saura? pues ni idea, pero va monísima y a nosotros nos puede un encaje bien trabajado, así que su correspondiente puesto. Al César lo que es del César. No se puede fallar con Stella McCartney.

Como correctas y salvadas pero no favoritas del todo tenemos al cuarteto formado en primer lugar por Eva Hache de Juanjo Oliva, con un color, silueta y escote muy favorecedor pero que nos falla en el detalle de los bolsillos delanteros junto con la raja que es como demasiadas cosas al mismo tiempo. María León, de Gucci, cuyo único fallo destacable ha sido la elección del maquillaje y la peluquería, que se lo harían en su peluquería de barrio de Sevilla y oye, pues no.
Macarena García de Dior va sosita, pero es muy mona y ese traje la hace inexplicablemente alta y eso nos parece que es una gran elección de vestuario. El brazalete de serpiente lo trae directamente desde enero de 2012.
Paula Echevarria, espectacular con un diseño de Dolores Promesa Heaven. No alcanza el Olimpo por esa cola, bastante inapropiada para estos premios que, sentimos repetir lo obvio, no son los Oscars.

Y llegamos a lo más bajo. Comenzando con la auténtica intrusa de la velada. Malena Costa de Alex Vidal, que creemos se ha escapado de un casting para la próxima película de Tim Burton. Malena, la próxima vez, para pasar desapercibida y que no noten que te has colado, te recomendamos bigote y gafas postizas.

Amaia Salamanca es como cuando tienes 16 años y te dicen que vas a la puesta de largo de tu amiga la pija y tú te emperifollas todo lo que puedes porque te crees mayor y moderna y te haces esa cosa en el pelo. Solo que su vestido es de Zuhair Murad -¿por qué dejan que ese hombre siga haciendo vestidos?- se parece a uno que llevó hace poco Jennifer López, y la gracia le habrá salido por un pico.

Nieves Álvarez de Stephane Rolland Costura. Un cuadro. Pero un cuadro de los de exponer en ARCO que salen de la pared y quieren que interactúes con ellos. Si no pintas mucho -como Malena- quizá podrías haber intentando haber dejado el rollo de figura Lladró y haber optado por la discreción. Opinamos.

Ana Obregón de Santos Costura, que suena así como a tienda de retales de esas en las que te dan la bolsa de otra tienda, nunca deja a nadie indiferente. Mirad como posa. Solo podemos decir que mejor así que en bikini, y ya.

¿Qué le ha pasado en el pelo a Goya Toledo? ¿por qué pone esa cara? ¿y esa pose? ¿quién le ha robado la ramita de la boca y el sombrero de cowboy? Son demasiadas preguntas para que nos guste. Aparte de que es una pesada insufrible con Ellie Saab, que parece sacada de 2010 y que ese escote es lo menos favorecedor para su pecho. 

Mar Regueras. Fatal de pierna asomando por la raja del vestido. Fatal de escote. Fatal de tenacillas GHD. Fatal de azul klein que ya está bastante pasado. Ojalá dejara ese Ivan Campaña y volviera al Grand Prix, cuando estaba muchísimo más mona con su top y su falda.

Loles León no sabemos de quién va pero es como si de repente fuera de nuevo 2001 y Chenoa y Rosa rebosando curvas en terciopelos cantando en el plató de OT. Un horror.

Y por último, Belén Rueda o lo que queda de ella. Su cirujano es la única persona en España que no está notando la crisis, aunque ella probablemente con tal cantidad de bótox, tampoco esté notando nada en estos momentos. Va de Carolina Herrera en todos los sentidos. O sea, no es que lleve su vestido, que también; es que se ha mimentizado con Carolina Herrera y ahora son la misma persona. Alguien le tiene que decir que pare, que el siguiente paso es convertirse en Lola Herrera, y que relaje los hombros, que parece que lleva una mochila.

Esto es lo que ha dado de sí la alfombra este año. Recordad que nos hemos tragado ese peñazo de gala solo por vosotros. Querednos.