La envidia es mala, pero peor es robar. Natalie Portman para Vogue USA por Peter Lindbergh

Cada vez que vemos cosas como esta imaginamos la sensación de una madre que ve cómo el hijo de su vecina se convierte en director del New York Times mientras que su hijo utiliza sus 5 años de periodismo para hablar del tamaño del miembro de Rodriguez Menéndez en Sálvame Deluxe.

Y es que a nuestra Vogue patria todavía le quedan años (y formación) para conseguir parecerse a alguna de sus hermanas mayores extranjeras. Aquí tenemos una prueba más.

El mes pasado todo el mundo se maravillaba del editorial de Lindbergh; a nosotros nos dejó bastante fríos la verdad, un talento espectacular bastante desperdiciado en una editorial sin mucha coherencia ni originalidad, que tiraba de tópicos y típicos de nuestro país. Y claro, después vemos cosas como esta, con una Natalie Portman, que si no es perfecta roza la perfección, presumiendo de las dotes de bailarina que nos muestra en su último y aclamado papel en Black Swan; con estilismos de Tonne Goodman, y claro, se nos cae el alma al suelo. ¿Es que no nos merecíamos nosotros algo parecido? ¿Es que Vogue España no podría haber buscado algo así, en vez de su pretencioso macroeditorial? Aunque después pensamos que, de haberlo intentado en España la elegida habría sido Paz Vega o Mónica Cruz, y decimos eso que dicen nuestras abuelas de "virgencita, virgencita, que me quede como estoy".

Nuestro veredicto